Física y arquitectura; dos ciencias, que están tan o tan poco unidas entre sí. Ésta cuestión depende del punto desde el que se mire, pero si empezaré diciendo que reconozco a la física como complemento de la arquitectura. Complemento sin el cual no podríamos cimentar, y nunca mejor dicho, nuestros conocimientos sobre ella. Es decir, la física forma una parte imprescindible de la arquitectura ya que sin ella no podríamos iniciar ningún proyecto, o al menos un proyecto que se pudiera construir. Ahora mismo conozco poco, por no decir nada, de arquitectura, pero si se que para realizar un proyecto deben estar calculadas unas estructuras que haga que en él pueda habitarse o transitarse y permanezca en equilibrio. Para ello es necesaria la estática, concepto físico.
En la estética de un edificio también se tienen que tener en cuenta las propiedades físicas en la elección de los materiales que se deben emplear, tanto en el interior como en el exterior de un edificio. Y así conseguir una mayor eficiencia energética, mejorar los fenómenos acústicos, aprovechar y controlar la iluminación natural, e incluso ayudar a alcanzar el aspecto estético en el que también intervienen los colores y sus propiedades que a través también de la física podemos conocer.
Una fase importante donde interviene la física es a la hora de preparar las instalaciones que, aunque eso puede dejarse en manos de los ingenieros, el arquitecto debe tener un mínimo conocimiento para no entrar en contradicción entre lo que se diseña y lo que se puede construir. Cabe destacar que la física es muy amplia y hay conceptos que no intervienen directamente en la arquitectura, y por tanto pueden obviarse del conocimiento de un arquitecto. Cada uno decidirá cuánto de física quiere saber y qué temas debe estudiar más en profundidad. Lógicamente para un profesional de la arquitectura no serán los mismos que para un profesional de la astronomía.
Aun así nos vienen dados unos conceptos desde cursos preuniversitarios que nos enriquecen en diversos aspectos de la física y que no nos cierran al conocimiento único de la física mecánica, sino que nos orientan en otros ámbitos, lo suficiente para tener un mínimo de idea y algo de cultura general sobre fenómenos cotidianos.