jueves, 24 de noviembre de 2011

Comentario Crítico

Ornamento y delito.Adolf Loos: http://www.disenoyarquitectura.net/2009/05/ornamento-y-delito-de-adolf-loos.html
Tinglado decorado.Robert Venturi

  
Radical represión del ornamento que da lugar a un retraso de la sociedad y una pérfida de tiempo y dinero que hace de el trabajo una obra desechable. ¿Por qué considerar lo decorado como bonito frente a lo liso y uniforme como feo? En contraposición a la postura de Loos, se encuentra la de Rober Venturi, quien defiende el ornamento como relación entre connotación y denotación que hace del edificio una obra mas rica, mas original y más heroica. Define lo contrario como algo plenamente aburrido.
Ante todo analizar la civilización actual y compararla a su vez con las anteriores. Las sociedades antiguas venían todas marcadas y caracterizadas de un único estilo. Elementos procedentes de esas civilizaciones nos han llegado hasta ahora, los considerábamos valiosos y presumíamos de que ahora estaban en nuestra posesión. Demos gracias a Dios de que esa oleada de ignorantes valorando los objetos ornamentados de épocas anteriores esta yendo a aparar a una orilla en la que encontraremos una sociedad sin estilo propio y definido. Incultos pueden llegar a pensar que esto es algo devastador y que nos volveríamos en hombre sin personalidad que definir adornándola y moldeándola a nuestra manera.
Esto, como digo, acabara en una exterminación del ornamento y un auge de lo liso, lo homogéneo, lo uniforme. Pronto “las calles de las ciudades brillarán como muros blancos” y por suerte llegaremos a la conclusión de que “un mueble liso es mas bonito que todas las piezas de museo incrustadas y esculpidas”, esas piezas de museo de las que hablaba anteriormente, que no son mas que objetos sin importancia con un valor aplicado a el que lo connota como algo que no es.
Éste ultimo concepto, ”connotacion” sólo da lugar a la critica y a la confusión. Un objeto con caracterícticas connotativas no solo tiene porqué ser aquel que con su ornamentación y decoración hagan que el elemento adquiera el concepto adecuado al objetivo de quien lo ha creado. Si no, todo lo contrario. Un elemento liso, sin ningún tipo de añadido, hace de este un objeto abstracto, el cual al contemplarlo cada individuo pueda darle la función, la forma, el porqué que a cada le inspire o , simplemente, le parezca mas adecuada.

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